______LEYENDO (SOLO SOBRE: IMAGEN)_______
______REFLEXIONES
PARA UNA APROXIMACION A UNA SEMIOTICA DE LA IMAGEN VISUAL______
Juan Magariños de Morentin
Facultad de Periodismo y
Comunicación Social
Universidad Nacional
de La Plata
CONTENIDO
Reflexiones para una aproximación a una semiótica de la
imágen visual
Vínculos analíticos:
atractor
-
forma
-
imagen
-
memoria
-
MSP
-
oclusión
-
sinsigno
-
I/444.1/126ss/ El atractor (ver CXX), en la relación percepción-cognición, decide según (y depende
de) vigencias culturales socio-individuales.
II/454.1/9/ Las imágenes mentales no se
originan (sólo, ni predominantemente) en las representaciones visuales (imágenes materiales), sino (además y
predominantemente) en las descripciones (en cuanto repertorios o paradigmas de formas perceptuales y no en su traducción a
sistemas o conjuntos de proposiciones verbales; ver el debate en Kosslyn -458.1/4ss) surgidas de las representaciones
de determinadas formas (en sentido de Marr -403.1/3; esto tendría que ver con la genesis
o el proceso de constitución del Catalogo de los Modelos 3D -403.1/319)
III/454.1/11/"La representación": término demasiado amplio; se necesitan
nombres distintos para designar relaciones diferentes. A nivel cognitivo, se
diferenciarían, al menos y en principio: (a) una representación perceptual o
sea "lo que uno ve del mundo, en un momento determinado", en forma
directa; (b) la forma que conocía (registrada en la memoria) y en virtud de cuyo conocimiento
puede reconocer la que percibe (lo que, aquí, denomino "atractor");
(c) el proceso mediante el cual una forma, mnemónicamente presente (el
mencionado atractor), está en el lugar de otra forma ya conocida (en cuanto ya
percibida) o que se está percibiendo; (d) una imagen material que se le presenta a alguien
y que contiene una forma que puede reconocer; (e) una forma que conocía y en
virtud de cuyo conocimiento puede reconocer la que se le presenta mediante una
imagen material; (f) el proceso mediante el cual una forma, presente en una
imagen material, está en el lugar de una forma ya conocida (en cuanto ya percibida)
o que se está percibiendo (ver, también, CXXXVI).
IV/454.1/14/"apresentaçao" como
"mostración" (?).
V/454.1/15/"Una representación... parece reproducir algo alguna vez
ya presente en la conciencia"; no existe signo sin historia; el
interpretante (alguna de sus clases) aporta ese atractor que permite el reconocimiento de la imagen (material) como una
representación de otra cosa (ver LXVIII).
VI/454.1 /32/ Una semiótica de la imagen es una semiótica particular, como
lo es una semiótica del texto o del lenguaje verbal. Todas las semióticas
particulares participan de un núcleo de conocimientos que constituyen la semiótica
general. O sea, una semiótica general contiene proposiciones que
serán aplicables a cualquier semiótica particular de que se trate. En
cada semiótica particular deberá comprobarse que cumple con tales
proposiciones de la semiótica general; además deberán establecerse las
proposiciones que son específicas a la semiótica particular que se esté
estudiando. Puede haber rasgos que comparta con otra u otras semióticas, pero
no con todas, ya que entonces se trataría de una proposición de la semiótica
general. El hecho de compartir rasgos con alguna otra o con varias semióticas
particulares puede dar lugar a identificar algunas regiones semióticas
de relativa afinidad, cuidando de no generalizar por ello la aplicabilidad de
otros aspectos diferenciales de tales semióticas particulares.
VII/454.1/35/ Dejo de lado todo tipo de imágenes
que estén vinculadas a cualquier otro input sensorial (imágenes táctiles,
acústicas, gustativas, etc.) que no sea la vista; o sea, me centro
exclusivamente en las imágenes visuales. A su respecto, una diferencia básica
es la que separa imágenes materiales (diferenciadas internamente por las
clases de soporte y/o por la tecnología de producción y/o de percepción) e imágenes mentales; estas
últimas se diferencian en imágenes ópticas (percepciones actuales) y imágenes
del catálogo mental que, a su vez, se diferencian en percepciones
históricas y atractores mnemónicos (en vez del catálogo de
modelos 3D de Marr y de los geones de Biederman -444.1/13). [Los diagramas pueden pertener a
cualquiera de estas clases.]
VIII/454.1/35/ Habrá que establecer acerca de
qué clase de imágenes materiales van a formularse las
correspondientes observaciones. Supongamos que tomamos la imagen
fija (para hacer relativamente simple las primeras reflexiones que permitan
disponer de una efectiva operatoria analítica). Pero, ¿se toma sólo el dibujo
o también el cuadro o también la fotografía?, ¿qué ocurre con la escultura
o con la arquitectura?, ¿qué con la escritura o con la señaléctica?,
etc.
IX/[454.1/más adelante: Peirce-Escher]
X/454.1/42/ Sobre "la dependencia
lingüística y la autonomía cognitiva de la imagen". También hablan de "los
modelos simbólicos y analógicos de la imagen". Creo que actúan ambos;
interactúan recursivamente, si bien podría afirmarse, por la calidad visual en
juego, de un inicio o una primeridad analógica (la búsqueda del atractor que identifique la imagen
material u óptica percibida). Asimismo, la interpretación de la imagen (el significado que puede conferirle un espectador
perteneciente a determinado momento y grupo social) marca un predominio de lo
simbólico (en especial [?] lingüístico). Esto no tiene nada que ver con la
frecuencia de construcciones contextualizadoras de texto (verbal)-imagen. Pero
en la interpretación confluyen también, además de la verbal, otras semiosis:
visuales (otras imágenes materiales), musicales, gestuales, etc.
XI/454.1/43/ Sobre el logocentrismo imagen-semiótica y su crítica. Las imágenes construyen
el mundo (o lo proyectan), lo que también hace la palabra. Pero, (1) la
palabra construye o se proyecta sobre una imagen (material) del mundo de la
misma manera (no con la misma eficacia) que lo hace con el mundo; (2) la imagen
construye o se proyecta sobre la palabra (o mejor, sobre el texto para
transformarlo en discurso) de la misma manera (no con la misma eficacia) que lo
hace sobre el mundo; (3) la palabra (mnemónicamente actualizada) construye o se
proyecta sobre la palabra actual (siendo esta reflexión trivial; ya que no me
refiero al metalenguaje); y (4) la imagen (mnemónicamente actualizada)
construye o se proyecta sobre la imagen actual (siendo esta reflexión menos
habitual; pero 430.1/145; 404.1/69,78).
XII/454.1/44/ Quizá sea conveniente, antes de
establecer las diferencias, confirmar los aspectos comunes que una semiótica visual comparte con las distintas
semióticas (semiótica verbal, olfativa, gustativa, quinésica, etc.). Conforme a
lo estudiado en los FLS (50.1/84ss), lo común estaría constituido por las tres
clases de operaciones fundamentales: atribución, sustitución y superación.
La primera afirma el carácter contextual del valor (sin que pueda
generalizarse el concepto de significado, que no compartirían la totalidad de
las semiosis), la segunda el carácter contrastante y la tercera la
necesariedad de su agotamiento y transformación (o sea, su carácter
histórico). Lo diferencial consistiría en establecer cómo estas operaciones se
concretan en las distintas semiosis. Por ejemplo, en una semiotica visual: la
atribución de valor por integracion contextual no se efectúa a partir de
unidades discretas y codificadas, pese a lo cual es el contexto
(en principio de la propia imagen material) el que confiere valor a
cada entidad diferenciable (carácter de dicisigno inherente a
toda imagen material); el contraste sustitutivo que identifica diferencialmente
el valor contextualmente producido no se efectúa a partir de estructuras
sintácticas formalizadas o formalizables, pese a lo cual es el contraste
el que confiere identidad a la propuesta visual inherente a cada imagen
material propuesta/percibida; y, finalmente, la superación que genera una
nueva propuesta perceptual a partir del agotamiento y transformación de las
precedentes no se efectúa a partir de sistemas de reglas semióticas, en
mayor o menor medida exhaustivos respecto de sus posiblidades de actualización
en las correspondientes imágenes materiales, pese a lo cual es el agotamiento
del valor producido por la acumulación de cada una de las sucesivas
actualizaciones en las correspondientes imágenes materiales, el que exige y
establece los limites de posibilidad de la transformación de los modos de
producción de tales imágenes.
XIII/454.1/44/ Toda semiosis simbólica produce
una eficacia fundamentalmente cognitivo-conceptual (independiente
de la eficacia de sus propios aspectos icónico-plásticos); la semiosis visual (por sí sola; con toda la irrealidad
que supone tal acotación; o, quizá, más ajustadamente: independiente de la
eficacia de sus propios aspectos simbólicos) produce una eficacia fundamentalmente
mostrativa (no como puede llamarse
"mostrativo" a un escrito que es mostrativo de su propia
presencia para una primera interpretación fonética y una segunda interpretación
semántica; sino inmediatamente mostrativo de percepciones que pueden
sugerir pseudo-percepciones visualizables o imaginables; con lo que se
especifica como una semiótica particular) y representacional (atendiendo a la eficacia de tal
semiosis visual para estar por algo distinto de ella misma; con
lo que participa de la semiótica general).
XIV/433.2/34/ Una taza de té (su percepción o su imagen mental) se puede representar (más bien, el conocimiento que se
tiene a su respecto), en la mente, mediante múltiples códigos: el idioma en que
se habla, la matemática, el dibujo, etc. Habría que ver si todos los códigos
sustituyen a la percepción o su imagen mental o si se sustituyen entre ellos:
si la matemática sustituye a la percepción o al dibujo (Sonesson parecen
inclinarse a considerar que lo que se recodifica no es tanto el dibujo como la
propia taza de té).
XV/454.1/53/ Es arriesgado decir que el
contexto más importante de la imagen es el lenguaje verbal (con lo que se
sigue sobrevalorando lo lingüístico). Por supuesto, se está pensando en el
libro ilustrado o la imagen comentada. Pero la imagen puede estar asociada a
otras imágenes y producir el cine o un museo. Además se supone la restricción a
la imagen material, ya que la imagen visual (o percepción, incluso semióticamente interpretada)
se encuentra predominantemente asociada a la acción, al sonido (ruido y/o
música) e, incluso, al tacto y al gusto, así como también a las restantes
imágenes del paneo visual.
XVI/454.1/53/ Es interesante trabajar sobre las
interpretaciones visuales de la imagen material.
Encontrar cuál es la imagen respecto de la cual o frente a la cual la que se
está contemplado adquiere su significado específico.
XVII/454.1/54/ Recordar el problema de los teoremas
de Euclides cuyo desarrollo simbólico (los enunciados de la geometría) no era
suficiente para entenderlos, requiriéndose de la figura, ya que en ella había
relaciones que no habían sido expresadas en la secuencia del razonamiento
verbal y/o simbólico ("para quien no ve o no se representa mentalmente la figura, la
demostración es deficiente" -40.1/12).
XVIII/454.1/62/ La clasificación de las imágenes (en
su más amplio sentido) que me interesa tiene que ver con la clase de tarea de interpretación que exige a su intérprete. Por
ejemplo (ensayando): (1) la imagen visual para constituirse en percipuum (454.1/61) requiere cumplir una tarea de identificación o sea, buscar en la memoria la imagen (en realidad, su atractor) con la que coincida, lo más
próximamente posible, la que se está percibiendo o acaba de percibirse
(correlación entre la memoria corta y la larga); normalmente, con esto se agota
el cumplimiento de la tarea de reconocimiento (o sea, lo indispensable para saber
"qué hay dónde mirando": Marr). (2) La imagen material (cualisignos icónicos y sinsignos icónicos) cuya primera tarea
será, también, la de identificación, en principio muy semejante a la anterior,
requiere, para cumplir con la tarea interpretativa, otra tarea hipertextual
de correlación con elementos simbólicos (lenguaje verbal o escrito) y con los
provenientes de las restantes semiosis (incluidas otras imágenes materiales)
que la integren a la cultura del intérprete. (3) Las imágenes materiales (legisignos icónicos) que son la base
perceptual o el significante, para la comunicación de signos simbólicos: aquí incluyo
no sólo los diagramas o imágenes visuales acerca de relaciones conceptuales
(árboles, redes, figuras que acompañan a demostraciones de la geometría, la
física, la química, etc. y sistematizaciones conceptuales de las ciencias en
general), sino también las imágenes acústicas o visuales correspondientes al
lenguaje (habla, escritura, lenguaje gestual de sordomudos, ecuaciones,
teoremas y demostraciones lógico-matemáticas, etc.); la operación que aquí se
requiere es, en primer lugar, de correspondencia con entidades y reglas del
aspecto significante de un código (registrado en los correspondientes atractores),
en cuanto a la capacidad del perceptor de reconstruir las relaciones lógicas
que constituyen a tales imágenes y, en segundo lugar, la operación de
integración sintáctico-semántica de ese fragmento textual constituido por
semejantes imágenes en el resto de la propuesta significante, atendiendo a la
coherencia de su pretensión de racionalidad (454.1/67: Wittgenstein).
XIX/454.1/74/ Creo que no me interesa la
diferenciación de las imágenes según su temporalización "como efecto del
dispositivo que las produce y presenta" o por la modificación que puede
ocasionarles su transcurso. En cambio, me resultaría interesante intentar
diferenciar las imágenes por la inserción temporal que exijan al sujeto
perceptor. [Ver más adelante, p.86: El tiempo intersticial] Por ejemplo,
no habría percepción
(adecuadamente cumplida) instantánea de ninguna clase de imágenes, ni de
sus partes por pequeñas que sean (en este sentido, la velocidad de
reconocimiento e interpretación de la palabra es mucho más rápida, siendo, en
el transcurso del discurso -un diálogo, por ejemplo-, casi instantánea). Esto
puede relacionarse con la frecuente consideración del universo plural y la
percepción holística que exigen las imágenes. No contradice lo que estoy
mencionando el caracter secuencial inherente a la palabra, ya que el tiempo
requerido para cumplir esa secuencialidad, considerada incluso desde el oyente,
sería menor del que requiere la percepción de la imagen. Aunque aparentemente
la imagen se ve en un sólo acto en su totalidad, su interpretacion (supuesta la contemplación de una
imagen "nueva") requiere un tiempo que puede ser considerable.
Piénsese en la percepción de un dibujo de Escher y el tiempo gozoso que implica
desentrañar los juegos de la representacion que propone (lo que los autores
llaman tiempo intersticial).
XX/454.1/78/ Manteniendo adecuadamente
separados tiempo y espacio, no sólo hay imágenes en movimiento (cine, video,
TV; infografía y computación gráfica) sino imágenes fijas que requieren del
movimiento del perceptor (escultura y arquitectura, al menos, y los casos de
anamorfosis, como el de "Los embajadores"de Holbein).
XXI/454.1/81/ El tiempo de la enunciación de la
imagen no creo que se corresponda con el
tiempo de realización que el autor invierte en producirla. La enunciación
de la imagen ocurre con cada presentacion de tal imagen a la percepción de alguien concreto (o de muchos). Y
aquí es donde pueden tomarse en consideración tiempos distintos: el tiempo de
la enunciación, que, en el caso de la imagen fija, sería instatáneo, y el
tiempo de la interpretación
que, en el mismo caso, tendría necesariamente duración. (Al margen de este
comentario, debe tenerse en cuenta la inadecuación del concepto de enunciación
para una metasemiótica de la imagen visual.)
XXII/454.1/81/ Reconstruir la historia de la producción
de la imagen puede tener el mismo interés que se presta en la actualidad a la
genealogía textual [por ejemplo: la generación de textos como problema
científico en función de la demanda social, 243.1/65 // 205.1/174 // 169.18]
XXIII/454.1/84/ Hay un tiempo particular, marcado
en una imagen
(por contraste diferencial con alguna otra u otras imágenes; pienso, sobre
todo, en cuadros), que no tiene que ver con el tiempo del referente o tiempo representado, sino que permite establecer el
momento histórico (incluso, historia corta; ¿dependiente de la información
-cultura- del usuario?) en que ha sido producida la imagen. ¿Por qué supimos,
recorriendo un muséo, que determinados cuadros eran de la década del 60?
Importancia de establecer, al margen de la intuición, en base a percepciones
efectivamente identificadas, qué vemos en una imagen para saber que es de la
década del 60.
XXIV/433.2/116/ No sé si hay una correcta (y,
sobre todo, utilizable) interpretación de Hjelmslev. En mi opinión (que tampoco
pretende ser una correcta interpretación de Hjelmslev), diferentes
expresiones producen contenidos diferentes, sin que la inversa sea imaginable;
diferente sustancia de la expresión va a permitir (a exigir) diferentes formas posibles de la expresión y las formas
posibles de la expresión dependen de la sustancia sobre la que se construyan;
cada forma posible diferente de la expresión va a configurar una determinada
forma posible del contenido y el conjunto de estas formas posibles del
contenido, así producidas, constituyen la sustancia de ese contenido, que no
preexiste a tales formas sino que proviene de ellas (esta perspectiva
constructivista no coincide, por supuesto, con Hjelmslev, que permanece en una
visión sustancialista). Lo que aquí afirmo es que el contenido (tanto su
sustancia como su forma) es el constructo que produce el interpretante al
aceptar una expresión (tanto su sustancia como su forma) como posible
representación de un referente y al aplicar a tal expresión las operaciones que
la constituyen en representación. El contenido como constructo rompe
con la hipótesis dualista acerca de la estructura del signo.
XXV/433.2/116/ La hipótesis
Humboldt/Sapir/Whorf, no puede restringirse a la lengua; es totalmente válida
si se la interpreta como refiriéndose a la semiótica; las formas de la
semiótica condicionan el modo de pensar/mostrar. Tampoco las formas de la semiótica son universales, lo que mantiene la
multiplicidad de los babélicos modos de pensar/mostrar (o MSPs), en los que se asienta la libertad.
Tampoco considero válida la pretendida crítica de Eleanor Rosch (459.1/344).
XXVI/455.94/123/ ¿No sería preferible partir de nubes
que de geones? Las nubes tendrían un núcleo formal como atractor (tener en cuenta, también, la nota CVI). En el continuum de las formas del mundo, hay zonas de especificidad
(en la identificación) y zonas de ambigüedad, a partir de
las cuales podrían identificarse otras (múltiples-posibles) nuevas zonas de
especificidad. Hay múltiples-posibles transformaciones (conservando una única
masa o generando partes/apéndices) que apelan (llaman, convocan, invocan) a
otras formas identificables, a través de suscitar posibles atractores (recordar los dibujos en TV en que
una masa identificada se va modificando para dar lugar a la representación de sucesivos múltiples-posibles
atractores, cada uno con la posibilidad de concretar otras tantas
identificaciones). Encuentro en esto el germen de la idea del atractor
virtual, que conduce a una concepción generativa del
aprendizaje de las respectivas semiosis. [Esta concepción generativa la
fui identificando bastante más adelante, hacia el parágrafo CXV y, pese a mi consciente
vigilancia para no utilizar elementos provenientes de la lingüística, considero
que tiene cierta semejanza con el carácterágenerativo del aprendizaje de la
lengua. Si puede llegar a sostenerse esta concepción, el proceso generativo de
aprendizaje pertenecería a la Semiótica General.]
XXVII/454.1/128/ Sobre el carácter indicial de la
fotografía. Por una parte, actualizo mi crítica a la concepción unitaria del índice,
considerando que en cuanto signo, en sentido estricto, el índice sustituye,
siendo por tanto la cosa que está en lugar de otra cosa, para
alguien (lo que ya se advierte en el aspecto material o parte física de
cualquier signo en cuanto a su carácter de presencia [¿podría decirse que el significante
es el aspecto indicial del signo saussureano, en el sentido de que es
una materialidad que está en lugar del significado, evocándolo, representándolo o construyéndolo y pese a la
interpretación lacaniana de la barra del algoritmo saussureano como índice?];
pero también, en cuanto es la concreta presencia que está en lugar de
otra concreta presencia -como la camisa en una vidriera está en lugar de
la otra camisa que me entrega el vendedor y que me llevo satisfecho, después de
haberle dicho que quería comprar "esa camisa que está en la
vidriera"). Considero que éste es el sentido estricto (con toda su
potencia sustitutiva, metafórica) del índice en cuanto clase de signo.
No obstante, el otro aspecto, en el cual se lo considera más habitualmente, es
el que toma en cuenta lo que de contigüidad, de metonímico, o sea, de
integración en un contexto mayor, tiene también el signo. Aquí el signo no
está en lugar de, sino que está como causa o efecto de,
en cuanto recibe o proyecta la eficacia de su relación con otro signo, con el
que se vincula mediante una relación temporal y/o espacial. El signo no aparece
utilizado como sustituyente sino (a) como anticipación, (b) como consecuencia o
(c) como manifestación de otro signo que, en el momento de percibir al primero,
no está inmediatamente (inmediatez en el tiempo o en el espacio) percibible,
pero cuya conexión con tal primero es un conocimiento que se tiene por
experiencia, ya bien del transcurso del tiempo, ya bien de la dimensión
espacial. Y Peirce tenía clara conciencia de esta doble vertiente en la
consideración del índice, como lo manifiesta en la nota 23 al parág. 8.368, en
la que propone "designations" para identificar la
primera clase [metafórica]: "algunos están meramente en lugar de cosas o
cuasi-cosas individuales de las que la mente interpretante ya ha tenido
conocimiento", y "reagents" ["reactivos"]
para la segunda [metonímica]: "otros pueden usarse para afirmar
hechos. [...] (Los primeros) actúan para forzar la atención hacia lo propuesto.
[...] un reactivo no puede indicar nada salvo que la mente ya tenga
conocimiento de su conexión con el fenómeno que indica". Pese a la
aclaración de Peirce, no creo que ambos conceptos quepan en el concepto de una
misma y coherente calse de signo. Las características de los reactivos
que, no obstante, también es posible encontrar en los signos, no hacen a su
relación triádica semiotizante (representamen, objeto, interpretante), sino a
su ubicación espacio-temporal respecto de otro signo; por ello considero que no
es coherente utilizar ambos criterios para una misma clasificación de los
signos. En cuanto a la operación de sustitución, los signos pueden clasificarse
en íconos, índices (en el primer sentido: "designaciones")
y símbolos. En cuanto a la operación de integración (o de
contextualización), los índices (en el segundo sentido: "reactivos")
pueden clasificarse en señales (que anticipan la futura presencia
de otro determinado signo), indicios (que recuperan la pasada
presencia de otro determinado signo) y síntomas (que muestran la
contempránea y oculta presencia de otro determinado signo), todos
ellos dependientes del conocimiento que se tenga de la concreta relación que lo
efectivamente percibido guarda con lo virtualmente percibible. Los ejemplos (a
partir de Merleau-Ponty, 68.2/115)
pueden ser: la nube como señal de lluvia (la anticipa, pero no la
representa o sustituye; se observa la falta de consistencia
semiótica que tiene la conceptualización de los llamados "signos
naturales"); la huella del pie en la arena como indicio del
pie y de la persona que pasó por allí (recupera su presencia, pero no la
representa o sustituye); la fiebre como síntoma de una infeccion
que está ocurriendo en el interior del organismo (la muestra, pero no la
representa o sustituye). La fiebre como síntoma se diferencia de
la temperatura marcada en el termómetro que es un índice, en el segundo
sentido o "reagent" y un símbolo por la convención del valor
atribuido a ese "reagent"; Peirce, en la misma nota, en un ejemplo
semejante: "las dos millas y media" que separan a su casa de la
localidad de Milford, prefiere decir que se trata "no exactamente de un
reactivo, sino de una descripción de un reactivo [...]. Se trata, por tanto, de
un reactivo usado retóricamente". (Ver la diferencia entre lo diádico y
lo triádico en el caso del "síntoma" y del "índice", -28.5/473) En castellano, puede aprovecharse
la diferencia entre "índice" e "indicio". Esto es
importante para hablar de la fotografía. El carácter indicial (en el
segundo sentido: "reagent") de la fotografía establece la relación
necesaria con determinado existente. Esto no elimina su carácter icónico
en cuanto representación
de algunas de las cualidades que se han aprendido a percibir (con la
transformación óptica, química, de encuadre, etc. que el fotógrafo utilice o
manipule). La fotografía es, por tanto, un sinsigno-icónico, ya que toma, de su efectiva
dependencia de un existente, algunas de sus cualidades perceptuales.
XXVIII/433.2/133/ El uso es una clase de significado vs el significado es una clase de uso. El tema es importante, ya que
plantea la posibilidad de una semiótica de la acción. No obstante, puede llegar
a disfrazar una posición funcionalista/positivista; o generalizar hasta límites
inaceptables (?) la extensión de la semiótica. El signo es una función, pero
también la función sería un signo (connotativo).
XXIX/404.1/54/ Para la Gestalt, no son las
palabras las que organizan el mundo, sino la percepción semiotizante; ver esto para la
crítica de la discusión acerca de qué incluye a qué (habla vs semiótica)
XXX/28.1/339/ El signo o representación produce o modifica determinada idea.
"El objeto de la representación no puede ser más que una representación de
la que la primera representación es el interpretante. Pero una serie sin fin de
representaciones, cada una representando a la anterior, puede concebirse que
tenga a un objeto absoluto como su límite [¿Hegel?]. El significado de una representación no puede ser
más que otra representación" [no un concepto, con lo que deja de serle
aplicable el término "significado"]
XXXI/454.1/219/ La discusión está mal plateada.
No se trata de decidir si las imágenes pueden mentir, decir la verdad, si son
ambiguas, segmentables, etc., ya que esas son características de la semiosis
verbal. Si las imágenes representan, tendremos que aceptar que pueden realizar todas las
operaciones cognitivas que se relacionen con la representación (incluso la de
evocar palabras con su correspondiente eficacia; igual que las palabras pueden
evocar imágenes con su correspondiente eficacia). Lo primero que hay que
establecer es el conjunto de posibilidades cognitivas de la operación de
representación y después plantearse cuál de ellas cumple una imagen determinada
y de qué manera lo hace.
XXXII/458.1/17/ La representación figurativa, de probarse, apoyaría la
eficacia representacional de la percepción visual; la representación proposicional, de
probarse, apoyaría la eficacia simbólica de la percepción visual, ya que
implica su necesaria traducción a listas de expresiones verbales (?) (o
de algún mentalese: Fodor, 462.3).
XXXIII/458.1/20/ Area V1 y áreas visuales
vecinas: ambas zonas pueden estar interconectadas..
XXXIV/458.1/28/ ¿Por qué una forma (input) se transforma en un nombre
(output) y no en otra forma (type) que se recupera como su identidad?. Ver las
consecuencias de esta posible conjunción de "input-token" y
"output-type". Cuidado: el "hidden" puede ser
el "type" y el "output" la identidad del
"input". La cuestión es, ¿qué hay en el "hidden"?
¿Una lista de proposiciones o un repertorio de modelos-figurativos o ambas
cosas? (365.3). Pero, cuidado con hablar de
"tipos" refiriéndose a los conjuntos de las imágenes mentales (ver CVI).
XXXV/458.1/28/ El aprendizaje por imágenes
exige proponer imágenes que modifiquen progresivamente las imágenes
almacenadas por el aprendiz. No puede enseñarse mediante imágenes que no tengan
algún atractor
almacenado. En lo
verbal, esto se sabe y la enseñanza se programa progresivamente. Lo que no se
conoce son las secuencias de transformación de las imágenes, ni la lógica
de su transformación, etc.
XXXVI/458.1/28/ Comparando dos frases
relativamente homogéneas, podemos identificar las transformaciones léxicas,
sintácticas, prosódicas, que las diferencian. ¿Cuáles son las transformaciones
que puede sufrir una imagen para dar lugar a otra relativamente
homogénea o no? La retórica visual puede proporcionar algunas pistas.
Pero, toda retórica es una variación respecto de algo
considerado (localmente) como su grado cero (o sea, disponible en la memoria). Las caracteríticas comunes a
lo verbal y lo visual forman parte de la semiótica general. Así, la
semejanza como constatación observacional tiene que poder ser
considerada como característica de la semiótica general o, al menos,
como perteneciente a una determinada región semiótica.
XXXVII/458.1/31/ Diferenciar las operaciones
cognitivas que se cumplen en la percepción de una misma imagen. Por ejemplo, ¿la forma, y el color y la profundidad, etc (la
discriminación de Marr) requieren operaciones diferentes? ¿Cada una de ellas
requiere un procesamiento interpretativo distinto?
XXXVIII/458.1/32/ Hay mucha interpretación
(metafísica) en estos comentarios a los datos (p.e., los provenientes de la
PET) que se manejan. También dependen, demasiado, de un estado de la tecnología
y de los métodos canónicos de interpretación de los datos.
XXXIX/458.1/34/ Los resultados mentales (interpretaciones figurativas o simbólicas
mnemónicamente disponibles) pueden ser supuestos (consciente o
inconscientemente) actuantes sobre los input o las unidades hidden
(o los subsistemas hidden [?]) del procesamiento cerebral.
XL/458.1/36/ Kosslyn hace referencia al
capítulo sobre "Representation and Description" de la obra de
Marr. Las definiciones de ambos términos y sus desarrollos explicativos, en
particular los que formula acerca de la expresión "formal scheme" (403.1/21), constituyen, quizás, el punto en
que más se aproximan la representación de Marr y el "representamen"
de Peirce (28.2/274.)
XLI/458.1/39/ Mas que cuidar que la teoría y
las habilidades del sistema observado sean mutuamente consistentes, hay que
observar, primero, si la teoría permite descubrir habilidades que no se
habían hecho conscientes anteriormente.
XLII/458.1/58/ El test de "El camino en el
bosque" (cómo es; cómo se actúa ante el árbol que lo atraviesa; cómo es la
copa que se encuentra; cómo está [¿llena, vacía?]; qué se hace con ella; etc.)
podría servir para estudiar la relación palabra-imagen.
XLIII/458.1/59/ Tarea: de completar el contexto
de una fotografía. Unos con palabras, otros con imágenes.
XLIV/458.1/59/ Tarea: transformar una forma primaria elemental (círculo,
cuadrado, triángulo) en la forma de un objeto identificable, a través de x (4, 7)
pasos, cada uno aportando una única modificación de un aspecto (?). Otra:
elaborar una imagen de un objeto (o paisaje), con modificaciones que preserven
la estructura de la forma propuesta; p.e., °//°: un camino en un paisaje.
XLV/458.1/72/ No sé si estoy de acuerdo con el
contenido conceptual atribuido a la identificación en base al que lo diferencia (o para
diferenciarlo) del reconocimiento. En la identificación pueden
actuar las relaciones contextuales (actuales e históricas) que mantiene una forma con las otras formas y seguir operando
a nivel perceptual, sin necesidad de incorporar información verbal (nombre,
descripción de su hábitat, de su comportamiento, etc.). En el reconocimiento
pueden actuar sustituciones simbólicas, a partir de las cuales puede
continuarse (con la interpretación), sin necesidad de incorporar otras
informaciones perceptuales. Propuesta diferencial: identifico
una forma cuando considero que he percibido un ejemplar capaz de
actualizar un atract10atractor en la memoria; la reconozco cuando le
asigno un lugar en un contexto igualmente perceptual; la interpreto,
cuando la incluyo en el discurso de la cultura que, además de lo visual, aporta necesariamente información
verbal (en principio, su nombre; después, otros datos históricos, económicos,
lógicos, etc). Más allá del nombre que se les atribuya, interesa establecer si
se trata, efectivamente, de 3 operaciones diferenciables (criterio reajustado
en C).
XLVI /458.1/5/ El estudio de las partes
puede ser una base para el estudio de la sintaxis (consultar la
"partología" en Dubois /204.1/), pero la segmentación identificatoria de tales partes plantea problemas no
resueltos en el ámbito de las imágenes materiales (ver la crítica de
Sonesson a las segmentaciones de Floch analizando la "Composición IV"
de Kandinsky /433.2/154/).
XLVII/458.1/61+69/ El (mal llamado) código visual tiene la propiedad de ser dinámico:
cada objeto registrado permite una serie de variaciones que no eliminan la capacidad de
identificarlo (no eliminan su identidad). Frente al
código (propiamente dicho) de unidades (relativamente) invariables y
(consistentemente) discretas, como la lengua, p.e., las imágenes mentales constituyen un catálogo
o repertorio de unidades (consistetemente) variables y (al
menos, en algún grado experimental, relativamente) discretas a las que,
posiblemente, pueda aplicárseles el nombre de "atractores".
XLVIII/458.1/70/ El hombre tiene que aprender a
hablar, pero no tiene que aprender a ver. Aunque le falte el contexto social,
podrá ver; pero sin contexto social no podrá hablar. Por obra de la sociedad,
se domestica la visión y se clausura el habla; por obra de
la sociedad, se vuelven bravías las artes visuales y se emancipan las artes
literarias.
XLIX/458.1/72/ Los códigos lingüísticos (con sus
gramáticas) contienen unidades: lexemas, y relaciones: sintaxis.
Los catálogos de las imágenes (con sus grafémicas [ver /438.1/]) contienen unidades (dinámicas):
captan textura, color y forma, (identifican y reconocen), y relaciones
(dinámicas): captan ubicación, tamaño y orientación
(reconocen: contextualización espacial).
L/461.1/2/ En el caso de la imagen digital, ésta se produce a partir de un algoritmo
perfectamente definido; ¿constituye el conjunto de las fórmulas de tal
algoritmo un "conjunto finito de símbolos a partir de los cuales se han
construido las oraciones" (o, como lo llama Chomsky, un
"alfabeto")?
LI/461.1/2/ Hasta ahora, sólo pueden tomarse
en sentido metafórico los términos y expresiones que se estan aplicando a lo visual: "lenguaje visual" (que se
sustituirá por "semiosis"), "gramática visual",
"sintaxis", "alfabeto", "fonología plástica"...,
y ya tiene madurez suficiente la semiótica visual (en especial, la semiótica de
las imágenes materiales) como para definir de modo riguroso y diferencial, así
como para aplicar adecuadamente su propio lenguaje, productor de su especificidad.
LII/461.1/3/ Al margen de las dificultades
cuantitativas u operativas para trasladar a lo visual los conceptos lingüísticos, el
obstáculo fundamental es de carácter cognitivo: la base perceptual, identificatoria e interpretativa implica un comportamiento mental
diferente (la naturaleza del input, su procesamiento y las características del
output son distintas en el caso de las palabras y en el caso de las imágenes).
LIII/461.1/4/ El carácter dinámico de las
unidades componentes de lo visual es fundamental para intentar explicar
su integración en la imagen para la producción de su eficacia. En vez de código
se tendrán catálogos (o el repertorio, como lo califica el Grupo
m /404.1/93/, pero no de tipos,
como estos mismos autores lo caracterizan) dinámicos, en los que los
criterios de integración no tienen semejanza alguna con la sintaxis verbal (o
de otras semiosis simbólicas: lógica formal, álgebra, etc.).
LIV/461.1/2/ En el caso de las imágenes, ¿en qué se transforma la exigencia
de "pertenecer a un uso correcto del lenguaje visual"? Aparte de estar implicada en
ello la metáfora de una gramática del lenguaje visual, tampoco el
uso del lenguaje verbal se evalúa en función de determinada normatividad, sino
de su aceptabilidad por determinada comunidad; aceptabilidad que genera tan
sólo una transitoria y localizada normatividad en permanente cambio. La
"Lingua universalis" (acotada por Leibniz a una
"Mathesis"), como objetivo de la evolución humana, constituiría
simplemente una regresión hacia un (igualmente hipotético e irreal) lenguaje
jafético (por otra parte, ¿sería concebible una Imaginaria universalis?)
LV/461.1/10/ La observación, según
Rorschach, puede aproximarse a la identificación según Kosslyn. Imediatamente a
continuación, estaría el reconocimiento y, después, la interpretación.
LVI/461.1/10/ Ante la definición que da el
autor del "análisis semiótico" se ve la necesidad de redefinirlo
desde una perspectiva actualizadamente cognitiva.
LVII/461.1/10/ Es necesario encontrar la
designación más adecuada y no-metafórica para nombrar a quien está percibiendo;
creo que "observador" puede servir; otras, perceptor,
percibidor, etc. (pero no: lector).
LVIII/461.1/11/ La "intuición de una
geometría topológica" no se justifica en el estado actual de los estudios
sobre la percepción.
Después de MARR y con independencia de la aceptación, rechazo o modificación de
sus desarrollos concretos, el enfoque adecuado se considera que corresponde a
la llamada "Teoría calculatoria"
LIX/458.1/28/ Por lo tanto, en el hidden,
intervienen otras informaciones no visuales (conceptuales, verbales, etc.).
LX/458.1/28/ "Estas redes están
entrenadas de modo que aprenden a realizar una específica correspondencia
input/output. En un primer momento, muy breve, cargas al azar se ubican sobre
las conexiones. Así, la red comienza actuando azarosamente [...]. En cada
prueba. un maestro compara el output con el output esperado...",
etc. Lo que se relaciona con los fractales y el caos determinista (ver Mac
Cormac & Stamenov /449.1/6ss y también Van Eenwyk /449.1/323ss).
LXI/458.1/70/ Este "ver constantemente formas nuevas" y poderlas
"identificar siempre", conecta con las operaciones de generación y
transformación; en el ámbito de la imagen, se tratará de operaciones de identificación original y de modificación de formas
base (atractores), teniendo en cuenta la diferencia
que surge según que las operaciones lo sean de percepción o de producción de imágenes
materiales o mentales.
LXII/458.1/1-3/ El problema de las imágenes
mentales es central para la comprensión de una semiótica de la imagen; apunta a
determinar y resolver lo que ocurren en el interpretante.
LXIII/461.1/65/ Si se conocen las operaciones y
funciones neurológicas que intervienen en la identificación y el reconocimiento de las imágenes visuales, se conocen las características de
los catálogos de imágenes mentales que construyen su dinamismo para buscar su
correspondencia con las imágenes visuales. Antecedente y consecuente, aquí, se
corresponden con el paso de la reflexión sobre operaciones cerebrales a la
reflexión sobre operaciones mentales (King /449.1/179ss).
LXIV/461.1/67/ El lingüísta es necesariamente un
usuario de la lengua; el estudioso de las imágenes visuales no suele saber producirlas,
pero es un usuario de la visión.
LXV/461.1/67/ En lo figurativo, no hay un orden
secuencial de las reglas gramaticales de modo que "las operaciones
del primer nivel tienen que haberse cumplido antes que las del segundo
nivel"; esto ni siquiera es correcto, salvo para algunos enfoques
estructuralistas, tampoco en lo verbal; la mayoría de las reglas
gramaticales de cualquier semiosis se activan en paralelo.
LXVI/461.1/69/ Las relación topológica de vecindad
puede ser fructífera para construir el concepto de contexto visual.
LXVII/461.1/73/ Los catálogos de Marr y los
geones de Biederman mantienen una fuerte dependencia del concepto de buena forma.
LXVIII/461.1/73/ Lo ya conocido, no es
necesario vincularlo a la buena forma, pero sí fundamenta la importancia
de las imágenes
mentales (o atractores) en el reconocimiento de las
percepciones visuales
(ver V).
LXIX/458.1/285/ Las cuatro habilidades de la imaginería (ver CCXLII) son fundamentales para el análisis
de las imágenes:
generación, inspección, mantenimiento y transformación.
LXX/458.1/285/ ¿Tiene sentido y, si sí, cuál, razonar
con imágenes? ¿Tiene sentido y, si sí, cuál, aprender con imágenes?
¿Tiene sentido y, si sí, cuál, hablar del "significado"de las imágenes?
LXXI/458.1/286/ También los "tres modos
de generar imágenes visuales mentales" son fundamentales para el
análisis de las imágenes: recordar, combinar y diseñar mentalmente.
LXXII/458.1/286/ En el segmento procesual correspondiente
a cada operación (generación, inspección, mantenimiento y transformación) que
se realice con el objeto de producir imágenes (materiales) (o en la relación
diferencial: perceptual-material), se produce una determinada y diferente
eficacia semiótica (posible), ya que depende de la estructura conceptual
(en el sentido pan-semiótico de Jackendoff /365.3/193ss/) del interpretante.
LXXIII/458.1/286/ Los efectos de fugacidad,
transformación o permanencia de las imágenes dependen de complejas
interrelaciones psico-socio-cognitivas; y también estas interrelaciones
provocan dicha fugacidad o permanencia (que se dé una u otra situación) y
asignan diferentes imágenes en uno y otro caso.
LXXIV/449.1/179/ Hay mucha retórica en estos
trabajos, en cuanto desarrollan una propuestas que descansan, en gran parte y
pese al recurso a la neurofisiología, en la terminología que utilizan. Habría
que ver qué queda si se efectúa una tarea de deconstrucción.
LXXV/449.1/333/ Es necesario trabajar los
conceptos desarrollados por Van Eenwik en los puntos 3.4 "Attractors"
y 3.5 "Fractal attractors", pensándolos en función exclusivamente de
la imagen.
LXXVI/332.22/229/ El artículo de Mandelblit &
Zachar puede aportar mucho para la elaboración del concepto de atractor en semiótica de la imagen. Por
las referencias que hace, me conviene retomar el libro de Fauconnier y
conseguir el de Fauconnier & Turner para completar el esquema de los mundos
semióticos posibles de la imagen.
LXXVII//332.22/236/ Las cuatro características que
los autores proponen como marco conceptual de lo que denominan "unidad
dinámica" ("modelo estable de correlación",
inseparabilidad del "contexto de observación", la aparición de
"propiedades emergentes" y que "en su interacción con el
entorno, la nueva unidad [...] refleja las propiedades del sistema como una
totalidad") sugieren la posibilidad de su atribución a las imágenes dinámicas (las
dos o más clases de atractores) que componen el repertorio mnemónico
para el reconocimiento de formas.
LXXVIII/332.22/240/ La imagen mental (en cuanto atractor) tendría esta característica de
"asociación flexible" y de "espacio imaginario" o espacio
mental virtual, como unidad (dinámica) en la que convergerían los distintos
niveles (en cuanto constituyentes plásticos) de imágenes (en cuanto marcas)
registrados en lugares del cerebro topológicamente dispersos.
LXXIX/458.1/290/ Esta representación genérica es la que no veo tan
perfilada como cualquiera de los modelos 3D propuestos por Marr, sino como algo
amorfo, relativamente próximo a la imagen en cuestión, y dotado de un dinamismo
de transformación rápido y proteico (ver nota 3, p.423: imagen esquelética o
imagen global: imagen (del objeto) de frecuencia espacial baja).
LXXX/ Marr: la representación (predominantemente) cerebral. Peirce:
la representación (predominantemente) mental
LXXXI/28.2/303/ ¿Triadismo en Marr? Serie
sin fin de representaciones;
sólo se cambia el ropaje por otro más diáfano: ¿catálogo de modelos en
Peirce?
LXXXII/403.1/31 y 36/ El proceso y la secuencia de
representaciones, ¿como la serie sin fin de
representaciones?
LXXXIII /28.1/480/ La representación como tríada genuina; incluye un signo
o representamen que media entre un objeto y un pensamiento que lo interpreta.
¿Cualidad semiótica (por reconducción a lo geométrico) de los modelos de Marr/403.1/? "Los ejes canónicos de una forma"; "debe identificarse, a
partir de una imagen, el sistema de coordenadas y los ejes
componentes del modelo"; "el catálogo de modemlos 3-D";
"índice de especificidad", "índice de adjunción";
"índice de ancestro"; su preocupación por establecer "la
geometría de superficie"; "la geometría de los cruzamientos-0";
"Algunos teoremas de la geometría tridimensional de Euclides";
"representaciones primitivas de la geometría de la imagen local";
"Verdaderamente, parte de lo divertido es que nunca se sabe de dónde
vendrá la siguiente clave: ...un teorema acerca de la geometría
tridimensional"; "Operador: cálculo local que debe aplicarse
en cada lugar de la imagen, haciendo uso de la intensidad, allí y en la
inmediata vecindad"; "cálculo retinex"; "el principio
de modularidad, que afirma que cualquier cálculo extenso puede dividirse en
un conjunto de subprocesos pequeños, casi independientes y
especializados"; "Tener que formular la teoría calculatoria de un
proceso introduce una gran y útil disciplina en el tema"; "¿qué
problemas calculatorios han sido resueltos y qué información se necesitó para
resolverlos?"; "tres niveles: el de la teoría calculatoria, del
algoritmo y de la implementación"; "una vez formulada una teoría
calculatoria para un proceso, pueden diseñarse algoritmos para aplicarla y
puede compararse su comportamiento con el del procesador visual humano".
LXXXIV/28.1/487/ La representación como aquello que varias de tales
cosas tienen en común. ¿"Permanencia perceptual", en Kosslyn, e
"invariantes" en Marr (citando a Gibson)?
LXXXV/28.1/458/ Hic et nunc, frase
preferida de Duns Scotus.
LXXXVI/28.1/538/ Niega el sentido de la frase:
"Yo vi que era rojo"; lo compacto de la imagen no se distribuye en sujeto
y predicado. Diferenciar entre lo que se ve, su imagen y su representación; o bien: ser - estar representado - y
su sibolización. El predicado aparece en el juicio perceptual, pero no en la percepción. Esto se vincula con la distancia
entre imagen y palabra; la imagen permite formar pensamiento pero
no es pensamiento (en cuanto el pensamiento es lenguaje; pero no
sólo lenguaje; o, quizá mejor desde otro enfoque, el pensamiento no agota las
capacidades cognitivas; necesidad de explorar los procesos de la mente visual, verdadera terra incognita).
LXXXVII/404.1/54/ "No son las palabras las que
organizan, sino la percepción semiotizante". Por ello, la semiótica visual es (predominantemente) una
semiótica-objeto, mientras que la semiótica verbal es, en todos los casos, una metasemiótica.
LXXXVIII/404.1/57/ El Grupo µ busca, para la
construcción de una semiótica visual, "un ser nacido de las
propiedades perceptuales del sistema visual", pero, luego, parecen no ser
totalmente coherentes con esta afirmación.
LXXXIX/404.1/427/ La teoría del repertorio y la de
"la célula abuela según la cual cada representación de objeto determinado se fija en una
célula nerviosa estabilizada", se debate en Kosslyn.
XC/404.1/89/ Atender a la reflexión cerca de
que las peculiaridades del canal sensorial (espectáculo natural) son
completamente independientes de la problemática semiótica (espectáculo
artificial). Aquí, µ se refiere específicamente al canal visual. En la nota de
pg. 428, consideran como oposición correcta: espectáculos (semióticos) vs
sensaciones (no semióticas).
XCI/404.1/95/ Pero línea y contorno son
entidades heterogéneas. La línea no existe en la naturaleza (o, más
correctamente, en la percepción de la naturaleza), sino en su
representación; el contorno sí, en función de la distinta iluminación de las
superficies.
XCII/404.1/98/ µ habla de las representaciones como "tipos estabilizados a diferentes
niveles de abstracción". Creo preferible, a la inversa, hablar de
dinamización; dinámica que permitirá la interpretación de las representaciones a los
distintos niveles de abstracción. Esta dinámica incluye también la
transformación de los caracteres que, según la representación (reconocida o
producida) resultarán ser pertinentes o no (pero no a priori; los carácteres
pertinentes a priori son considerados tales en virtud de la herencia cultural y
de su materialización en el conocimiento enciclopédico, lo que nos ubica en la interpretación).
XCIII/404.1/94-95/ Se continúa con la
transferencia conceptual y operatoria originada en la lingüística; salvo que
pueda afirmarse que son elementos y componentes de la Semiótica General.
Conviene explorar la semiótica visual como una operatoria
semiótico-cognitiva con un origen y desarrollo diferente. Partir de Hjelmslev
vincula las explicaciones al modelo lingüístico; aunque Hjelmslev incluya a la
lingüística como una parte de la semiótica, sus métodos y operaciones no se
independizan de las formas de descripción y explicación de la
lingüística; no hay un pensamiento original en lo semiótico que demuestre que
se razona no a diferencia de (o en oposición a), sino con independencia de la
lingüística. El modelo de Peirce, no en cuanto taxonomía (y también excluyendo
todo sometimiento dogmático a su semiótica), sino en cuanto descripciones
operatorio-cognitivas, proporciona mayor libertad.
XCIV/404.1/104/ µ establece la necesidad de
tomar en cuenta las relaciones de coordinación y preordenación. Quizá sean más
importantes operaciones como las de búsqueda de afinidades (?) entre perceptuum
e imágenes dinámicas, las de
transformación (operaciones con las que se identifica la imagen perceptual) y las de
contextualización (con las que se la reconoce) como las operaciones primarias
(iniciales) previas a la interpretación (ver al respecto: Ullman, Shimon /470.2/)
XCV/404.1/43/ (Sobre la linealización de lo
espacial) La inclusión del tiempo, como linealización del espacio, es
inconsistente y deriva de lo que ya en lingüística es metafórico: el tiempo
invertido en emitir una secuencia verbal no es lineal, salvo en su
representación escritural; además es, cronológica y semánticamente, reversible;
o sea, al final de la frase, adquiere, retroactivamente, sentido lo
enunciado al comienzo y en cada una de sus instancias intermedias. La
contextualización perceptual es, en principio, sincrónica, sin que se cumpla
ningún proceso de linealización (ni en el uso retórico de este término, ni en
su uso básico). Tampoco rompe esta espacialidad sicrónica el análisis de sus
componentes ni el tiempo utilizado por el ojo para recorrer el espacio
percibido. La percepción focalizada en un punto se informa
simultáneamente de otros puntos dispersos en un determinado ámbito de la
pecepción y de esta percepcion plural y simultánea surge el sentido del punto
focalizado. Importancia de distinguir entre sentido, que parece congruente
con el reconocimiento de lo visual, y significado que no sería exclusivamente visual
sino intersemiótico, en cuanto interpretación. Pero, la percepción fija es,
en definitiva, un concepto teórico, ya que la visión humana es fundamentalmente
móvil. Por ello, conviene incorporar el tiempo cuando se recorre un
perceptum relativamente complejo y se lo reconduce a una síntesis, no de un
antes en un ahora, sino de dimensión topográfica; o sea, no se trata de
linealizar el espacio, sino de espacializar el tiempo (en la medida en que
estas expresiones son algo más que logomaquia).
XCVI/404.1/105/ Lo que µ denomina ""ejes
visuales" por analogía con los ejes
descritos por la semántica lingüística" se asienta sobre una relación no-simétrica: el eje
visual es perceptual y el eje semántico es conceptual.
XCVII/ Muchos de los
conceptos, operaciones, reflexiones sobre las condiciones y operaciones
cognitivas que intervienen en la identificación y/o reconocimiento y/o interpretación de las imágenes materiales han sido realizadas, como
tema o como experiencia visual, en diferentes épocas y clases de desarrollos
gráficos. Por ejemplo, la computarización de imágenes televisivas de modo que
muestren la transformación, en secuencias sucesivas, de un rostro en otro
(Humprey Bogard en Ava Gardner), se correlaciona con el posible funcionamiento
de las imágenes dinámicas en el repertorio de la memoria. También, la temporalidad
(instantaneidad) de las imágenes materiales puede explorarse (al menos en el
caso de la historieta), estableciendo a qué momento del diálogo (en los globitos)
corresponde la situacion efectivamente representada, etc. Algunas situaciones
gráficas, efectivamente construidas, pueden sugerir preguntas o respuestas de
nivel teórico y, viceversa, puede encontrarse en situaciones gráficas la
concreción de reflexiones teóricas.
XCVIII/ Considero necesario
analizar las operaciones y categorías lingüísticas que son concreción,
en el análisis o la teorización de una semiótica verbal, de
operaciones y categorías que provienen de la semiótica general,
antes de excluirlas radicalmente de la problemática de una posible semiótica
visual.
Será necesario, en aquellos casos en que se las admita como parte de la
semiótica general, reducir las características inherentes a la
especificidad de lo verbal, establecer su formulación general y recomponerlas
con las características inherentes a la especificidad de lo visual (si es ésta
la semiosis a cuyo estudio se propone aplicarlas); considero lo dicho como
límite y advertencia autocrítica a mi rechazo terminante del logocentrismo. Por
ejemplo, el concepto y la operatoria relativa a la isotopía, ¿son
exclusivos de la semiosis verbal o pertenecen a la semiótica general,
concretándose de modo específico y diferencial en la primera y en la semiosis
visual?
XCIX/ Si bien resulta,
aparentemente, imposible rastrear la imaginería mnemónica del espectador de una imagen material, para establecer el
repertorio de imágenes dinámicas en función de las cuales identifica y reconoce (dejo de lado la
interpretación) la imagen material que está percibiendo, es posible solicitarle
que dé cuenta de los aspectos gráficos concretos en virtud de los cuales
confiere, a dicha imagen material, determinado valor o significado (la reconduce a determinado atractor). O sea, puede partirse de su interpretación verbal, para reconstruir los rasgos visuales que posee(n) su(s) imágen(es)
dinámica(s) y que el espectador inquirido actualiza en dicha interpretación.
Téngase en cuenta que la interpretación (en la medida en que la diferencio de
la identificación y del reconocimiento, en cuanto tríada de operaciones
cognitivas distintas) se realiza acudiendo a la totalidad de las
semiosis disponibles, en cuanto el intérprete participa de determinada cultura.
La propuesta consiste en que identifique, hablando, rasgos visuales que
reconoce y semantiza. Si, ante una concreta imagen material, afirma que
"se trata de un anciano", puede requerírsele que diga por qué lo ve
como "un anciano", a lo que posiblemente respondería que "por
las canas", debiendo preguntarse todavía "¿por qué o dónde ve
canas?", hasta que describa los rasgos pictóricos con los que el autor (de
modo supuestamente coordinado con un sector, al menos, de su sociedad)
construyó la representación de las canas; o, si el espectador dice: "por
las arrugas", se le pedirá que describa los rasgos pictóricos que, para
él, como intérprete (de modo supuestamente coordinado con el autor), construyen
la representación de las arrugas. Estas descripciones lo serán,
simultáneamente, de la imagen material y de su imagen mnemónica de referencia o
atractor. Registrando, en él o en varios
integrantes de determinada comunidad, los rasgos pictóricos señalados, podrá
disponerse del repertorio (parcial pero incrementable) de marcas determinantes
y de contextos determinados (verbalmente descritos) de los que dispone para la
identificación y el reconocimiento de determinadas imágenes materiales. Por
supuesto y pese al camino indirecto que acabo de proponer, no hay evidencia más
inmediata de las imágenes mentales que las imágenes materiales producidas por
el hombre. Pero el mito de que saber dibujar depende, en gran medida, de un
don natural (que se posee o no), impide disponer de la abundancia de
imágenes materiales que se requerirían para una exploración representativa del
repertorio de imágenes mentales (como se dispone, a través del habla, de
construcciones verbales con las que pueden explorarse los hábitos cognitivos
aplicados a su producción; recuérdese la paradoja que afirma que
"heterológico" no es heterológico /395.1/20/). Si se enseñara a dibujar con la
sistematicidad, obligatoriedad y perentoria exigencia social con que se enseña
a leer y a escribir, la mayoría sabría dibujar, uno mejor y otros peor, tal
como unos escriben, hablan o leen mejor y otros peor.
C/ Consideración visual de las operaciones de una
Semiótica General. 1) La identificación (Atribución). Agrupación de las
marcas hasta la constitución del determinado: el mínimo identificable;
operación: selección y agrupación de marcas. [Todas las operaciones trabajan en
paralelo.] 2) El reconocimiento. Agrupacion de determinados para
formar conjuntos de identificables y conjuntos progresivamente crecientes hasta
constituir macrounidades que vuelven a ser identificables y reconocibles (¿a
nivel macro; pero de modo tal que antes de alcanzar tal macrounidad no se
sabría que la estaban constituyendo?; atender al problema de lo "a
posterior" o "ad hoc" de estas operaciones en cada propuesta
perceptual]. (El reconocimiento mantiene las características que Kosslyn le
atribuye a esta operación. Lo que modifico es la operación a la que designo
"identificación". La que Kosslyn así denomina, aquí es la llamada
"interpretación". En cambio Kosslyn no reserva
una denominación especial a la que aquí denomino "identificación";
todo lo más puede considerarse que se corresponde con lo que Kosslyn afirma que
ocurre en el "visual buffer".). Los rasgos son arbitrarios y los
conjuntos identificables son progresivamente menos arbitrarios [a la inversa de
lo que ocurre en la semiosis verbal, en la que el discurso gana en libertad
conforme se desarrolla], pero hasta un determinado punto en que la composición
de identificables vuelve a adquirir libertad.
CI/ También juega la contra-memoria: la transformación de los identificables. Serán las características de esta
transformación las que introducirán la estética, la interpretación en función del resto de la cultura,
la concepción ideológica. Esto ya es sustitucion. Entonces, el análisis
consiste en establecer las características de esta transformación. De nuevo, el
problema radica en la recuperación constatable de la memoria visual
activada por una imagen material. Se puede recuperar, con
limitaciones y riesgos de desvíos y perversiones, a través del testimonio
verbal. Pero también tiene que poderse mediante testeos
gráficos (sin que sepa bien en qué puede consistir esto). Juega en
contra la absurda resistencia a dibujar, diciendo que no se sabe hacerlo; todos
pueden dibujar (harto cuesta aprender a escribir).
CII/ La identificación no sólo se produce construyendo
prototipos y sus gradientes de desvío, mediante series de proposiciones
(verbales), sino que hay que explorarlos mediante propuestas gráficas. La
producción de la identificación mediante fragmentos (tipo Biederman /444.1/ y /455.94/).
CIII/ Trabajar el tema tipo
"Esbozo": secuencias claras de enunciados, completadas con notas
teórica y visualmente complejas. Concretar visualmente cada problema y, después, desarrollar
los comentarios teóricos.
CIV/ Los Mundos
Semióticos Posibles (en adelante, MSPs) en la gráfica. Toda imagen material realiza un MSP que es
tal en cuanto transformación de otro MSP que está a disposición del espectador
y en base al cual concreta la interpretación. Pero los MSP actúan ya a nivel de la
identificación y el reconocimiento. Recordar que el tema central de los
MPs es la conservación (o el grado y las características de la transformación)
de la identidad (no la identificación, pero relacionado).
CV/404.1/149 Posibilidad de segmentación en la
imagen material figurativa: identificar el segmento mayor que todavía no
es figurativo, según algún orden de figuración (lo que puede diferir de la representación pretendida o construida por el
autor).O bien, el mínimo segmento que ya es figurativo (idem); decidir
si es útil alguno de los dos criterios. Pautas para otro criterio, en S. Ullman
(/470.2/233).
CVI/404.1/93 Las unidades analíticas de la imagen material figurativa (y quizá también
de la no-figurativa) no parten del type, ya que no se articulan en un
sistema de unidades discretas cuyas relaciones sintácticas están formalizadas
(ni con la correspondencia semántica preestablecida), sino que parten de la modalidad
(tal como la configura Peirce /28.2/382-90, 775, 778, /28.4/552n; ver también Tone (como cualisigno:
28.4/537), Tinge (28.8/294), Potisign (28.8/347-355-358-360s-363s) o Mark
(28.8/337-363-364-367); también,
"different sensory modes" (28.1/312), por lo que igualmente interesa verlas desde
los lugares del cualisigno y del rhema.
CVII/ Utilización de Peirce
de forma heterodoxa: el "type" (o "legisigno") y, con él, el nivel de lo simbólico
se concretan o materializan en el "token" (o "sinsigno")
y, con él, en el nivel de lo indicial. Así también, el "tone"
(o "cualisigno")
y, con él, el nivel de lo icónico, se concretan o materializan en el
"token" (o "sinsigno") y, con él, en el nivel de lo indicial,
cumpliéndose las mismas funciones que para el "type" (pero sin las
características normativas del sistema), como por ejemplo, en cuanto al valor
atribuido contextualmente por el "dicisigno" y la unicidad de los
rasgos o marcas constitutivas de cada presencia de la imagen material.
CVIII/28.1/313/ "Presentments as
signs". Introduce el concepto según el cual "tones are signs of
visceral qualities of feeling" (nuestro atractor) y lo analiza, en especial, respecto
de los olores y aromas.
CIX/28.6/222-237/ El "quale" puede ser el nombre
del segmento mínimo ya significativo de la imagen visual (sólo material o también abarcando la
imagen perceptual y mental), a diferencia del "tone" o del
"mode" que corresponderían al segmento mínimo todavía no
significativo. Creo que el concepto de quale conserva algo de lo
personal que hay en toda percepción, así como la imposibilidad de
reconducirlo a un sistema y, pese a esa imposibilidad, su capacidad para
generar la identificación
y el reconocimiento de las imágenes (verlo también en
Dennett/444.1/).
CX/459.1/302/ Una pintura (dibujo, fotografía)
propone una imagen
retinal externa a la retina, en la que se sugieren soluciones a lo que sería
el trabajo neurológico de recuperar determinada información, a partir de la
cual se puede producir determinada identificación y, por las características de esta
identificación, se puede producir determinada interpretación.
CXI/459.1/303/ Posiblemente, un cuadro de la
época cubista de Picasso está más próximo (o da un testimonio más rico en
información respecto) a las características del repertorio de imágenes mentales
(atractores) disponibles para la identificación de una percepción en un momento dado,
que las instancias de los modelos 3-D de Marr.
CXII/458.1/298/ Recordar la relación entre el
caos (de input) y la selección (el "maestro") que conduce a un
output determinado (con la secuencia de inputs-outputs que puedan
estimarse como progresivo filtro para la identificación-búsqueda de la representación en
cuestión).
CXIII/458.1/301/ Importancia de la diferencia
entre la imagen
de las
propiedades del objeto (color, textura, bordes, etc.) y las relaciones
espaciales pertinentes a la estructura de las propiedades del
objeto (diferenciar con ejemplos concretos ambos aspectos); si bien ambos son
procesos semióticos, el primero opera a nivel de la semiosis sustituyente
(representamen) y el segundo a nivel de la semiosis sustituida
(referente, pero tal como lo desarrollan Rastier /243.1/82/; Jackendoff /365.2/23/; Magariños /50.15/56).
CXIV/458.1/313/ El papel de la imaginería en el dibujo vs. la posibilidad de
que la habilidad provenga de "un conjunto de coordenadas motrices que se
formulan en ausencia de la imaginería".
CXV/458.1/316/ Posibilidad de activar el
subsistema del modelo ejemplar (atractor inmediato) o del modelo categorial (atractor
mediato o atractor de atractores) o del modelo generativo
(atractor virtual).
CXVI/458.1/317/ La mayor aptitud de uno u otro
emisferio para procesar estímulos procedentes de la palabra o de la imagen está
vinculada con las diferentes operaciones necesarias para interpretar el
tipo de señales que son las palabras o el tipo de señales que son las imágenes (o sea, la específica y diferencial
operación que las constituye en signos).
CXVII/458.1/319/ ¿En qué loci del proceso
perceptual (o de generación de imaginería) pueden existir condicionamientos
psico-socio-culturales que dirijan (selectivamente), favorezcan o restrinjan la
producción de la identificación/ reconocimiento de determinada representación, todo ello en la etapa previa a la
interpretación?
CXVIII/465.1/ Es interesante
la correspondencia entre conceptos (en la filosofía) y perceptos
(en el arte).
CXIX/433.2/154/ ¿Cómo Floch (si es que
efectivamente lo hace) puede afirmar valores o significados ("la doble forma extendida significa la conjunción de
dos temas [subjects] con un valor positivo" [la cursiva-negrita
es mía]) que vayan más allá de la identificación de posiciones en un paradigma
de posibles relaciones formales, identificación lograda a partir de la
reiteración de una concreta relación (de oposición o semejanza) percibida en
una determinada imagen material? Hasta aquí sólo tendríamos el significado
contextual de determinada forma (su posibilidad de asociación con otra), pero
no su significado semántico (la diferencia entre una asociación efectivamente
propuesta en determinada imagen con otra asociación efectivamente propuesta en
otra determinada imagen ó en otra parte de la misma imagen).
CXX/459.1/346/ El atractor, mencionado anteriormente, no tiene
vinculación con el prototipo (tampoco con el desarrollo que de él
hace Rosch, /118.8/), salvo su consideración
exclusivamente en cuanto imagen. O sea, no se trataría de un núcleo o
conjunto de categorías conceptuales sino, si fuera admisible y en la medida en
que lo fuera, de categorías puramente perceptuales: rasgos
visualmente percibibles mediante los que adscribimos lo percibido a determinada
imagen conservada en la memoria. Denomino, por tanto, "atractor" a un conjunto de formas, reiteradamente percibidas, que, en
un momento dado, ya está organizado, con cierta constancia (sin que corresponda
evaluar lo correcto o incorrecto de tal organización, sino su vigencia o falta
de vigencia, dejando lugar a las plurales variaciones culturales), en una
imagen mental, cuya relativa reiteración o determinada constricción psicológica
ocasiona su permanencia en la memoria, y que, por tanto, se encuentra disponible
para contrastarse con un determinado conjunto de formas ocasionalmente
percibido, permitiendo identificar (o no) a este último como una de sus variantes posibles.
CXXI/433.2/177/ No concuerdo con este modo de
atribuir significado
a los elementos plásticos. En principio, predominan significados valorativos
y/o psicológicos no motivados (como inherentes a cada uno de los motivos plásticos)
o sea, sin considerar la contextualización de tales elementos plásticos, ni la
transformación cultural por desplazamiento temporal y/o espacial de los
intérpretes.
CXXII/433.2/178/ El significado (¿connotativo?) del signo plástico
creo que lo he captado, con bastante precisión operativa, en el signo
ideológico del desarrollo del algoritmo saussureano (50.15/109 y referencias allí indicadas).
CXXIII/ Los MSPs son un instrumento útil ya que
pueden proporcionar un enfoque eficaz para el análisis de las imágenes (como para el análisis de otras
semiosis). La operación de los MSPs relaciona, cualquiera sea la semiosis
de la que se trate, un texto de base con uno o varios textos
interpretacionales. Es una operación destinada a mostrar la permanencia o
la transformación que puede rastrearse en la tarea de exploración del
hipertexto. Entonces, pueden establecerse las permanencias, eliminaciones o
inversiones de sentido (¿contradicciones?) que ocurren entre elementos
pertenecientes a textos diferentes. Por ejemplo: si se toma el cuadro "Las
meninas" de Velázquez (como texto de base), pueden establecer las
características de su correlación con alguno, varios o todos los cuadros de la
serie correlativa pintada por Picasso (como texto interpretativo
homeosemiótico), con alguno o varios párrafos del trabajo de M. Foucault
sobre el mismo tema (como texto interpretativo heterosemiótico), con
algún poema que le esté dedicado, etc. Una investigación, que utilice los MSPs
al modo de este ejemplo, puede establecer los modos de apropiación de un
determinado texto por una determinada cultura (por determinadas obras de esta
cultura y por la comunidad correspondiente en la medida en que sea usuaria de
esa cultura), con todas la variaciones temáticas que pueden aplicárseles. O
sea:
SEMIOSIS DE BASE
MSPi MSPj
HOMEOSEMIOSIS HETEROSEMIOSIS
CXXIV/456.1/247/ Koffka se opone terminantemente
(y ya lo ha hecho anteriormente) a considerar a la experiencia o al aprendizaje
como origen de la articulación de nuestro campo (perceptual) en cosas o en
figuras y fondo, afirmando que tal articulación se considera "como el
resultado directo de la distribución del estímulo, esto es, como la
organización espontánea surgida mediante el mosaico del estímulo". No creo
que esto se compagine con la posición, por ejemplo, de Jackendoff, en cuanto a
considerar al referente como proyectado (por la experiencia, el
aprendizaje y ciertas "categorías ontológicas"). O sea, una
afirmación como ésta, ¿forma parte de los aspectos superados de la
Gestalt? La memoria
dinámica a la que me
refiero, constituida por atractores, la considero predominantemente
originada en la experiencia o el aprendizaje y su aplicación a los estímulos
perceptuales permite acceder a la identificación y reconocimiento de los objetos exteriores; pero estos
estímulos no tendrían una dinámica propia, sino que la memoria intervendría
organizándolos de determinada manera y no de otra, en función de concretas
posibilidades identificadas durante el mencionado aprendizaje generativo.
CXXV/456.1/182/ No es que la línea tenga que
llegar a formar "una figura cerrada o casi cerrada" para que ya no
veamos "una línea simplemente sobre un fondo homogéneo, sino una figura
plana limitada por una línea", o sea, no es que la línea tenga que llegar
a cerrarse para que aparezca una forma, sino que la línea que se cierra no
es un primitivo sino la representación gráfica de un contorno oclusivo. El contorno oclusivo es previo (sin
poder afirmar si, además, es un primitivo), siendo la línea un elemento
disponible para su representación.
CXXVI/459.1/17/ El punto crítico, en el estudio
de la imagen,
está en el comienzo o primeras operaciones a realizar sobre determinada imagen.
¿Lo primero es segmentar? ¿No es posible una explicación sin haber identificado
diversos elementos entre los que se afirma que existen relaciones o sobre los
que intervienen específicas operaciones que producen, en uno y/u otro caso,
determinado(s) efecto(s), que es lo que se trata de explicar? ¿Ese efecto
consiste en el significado de la imagen? ¿Es pertinente al estudio de la imagen
hablar de "significado"? ¿Sería pertinente hablar más bien de "mostración representativa"? ¿La explicación
del significado requiere un proceso analítico y, por tanto, una
primitiva segmentación, mientras que la explicación de la mostración no
lo requiere ni, por tanto, requiere segmentar? El efecto fundamental de una
imagen es proponer una percepción y a esto llamo "efecto de representación"; después se la
interpretará en función de determinada cultura y a esto llamo "efecto de
significación" de una imagen.
CXXVII/11.1/15/ Sin embargo, toda la construcción de Foucault acerca
del cuadro Las Meninas podría valer igualmente si la construcción fuese acerca
de una puesta en escena teatral, un cuadro vivo que reprodujese
la situación representada por Velázquez. De donde, nada que sea específicamente
pictórico se ofrece, se propone, se explica en las páginas de Foucault. Algunas
restricciones a lo que acabo de afirmar:
(a) lo que refleja el espejo
del fondo; el hecho de que no refleje al espectador sino a la pareja real, crea
un espacio y una ubicación imposibles en una escena teatral; de ahí la
necesidad de aceptar que, aquello de lo que escribe Foucault, se trata de una imagen, la cual, en cuanto propuesta
perceptual imaginaria, puede permitirse quebrar la distribución espacial que se
requeriría para que un espejo devolviera la imagen que éste devuelve. Hay aquí
una inexistencia de la pareja reflejada que aproxima la propuesta perceptual a
la pintura paradójica de Magritte o a las ilusiones ópticas de Escher. Un
espejo, en una escena teatral, situado donde éste se encuentra, nos devolvería
nuestra imagen o la de otros espectadores efectivamente presentes en la
platea del teatro, por lo que se trataría de una imagen-objeto, en
cuanto primera representación de un existente. El espejo, en el
cuadro, situado en el lugar del cuadro en que se encuentra, es la imagen de la
imagen (efectiva) de un existente (virtual) y es por lo tanto una metaimagen.
Sólo las representaciones (cuadros, fotografías, cine, ologramas, etc.) pueden
contener metaimágenes. [Alessandria]
(b) Foucault, al comentar la
representación de las imágenes reflejadas en el espejo, necesita construir un
espacio "exterior al cuadro" lo que, a su vez, le lleva a tener que
definir, con rigor peirceano, lo que entiende por "cuadro" [2.228:
A sign, or representamen]: "un fragmento rectangular de líneas y
colores [is something] encargado [which stands] de representar [in
some respect or capacity] algo [for something] a los ojos de todo
posible espectador [to somebody]".
Foucault defiende,
empecinadamente, su deseo de hablar de la pintura; asume
la aceptación del condicional que enuncia diciendo: "si se quiere mantener
abierta la relación entre el lenguaje y lo visible, si se quiere hablar no en
contra de su incompatibilidad sino a partir de ella..."; y, para inducir
una respuesta afirmativa también en el lector, le establece la condiciones a
que tiene que someter al lenguaje.
CXXVIII/ El trabajo sobre el
estudio de la imagen puede llamarse "Semiotica de
la imagen visual. Identificación, reconocimiento, interpretación". La primera
parte trataría de "El análisis de las imágenes visuales"
(pero, ver CXXXII) y sus dos secciones serían: "La identificación" y
"El reconocimiento". La segunda parte estudiaría "La
interpretación de las imágenes visuales" y tendría diversas
secciones.
CXXIX/317.2/29/ Minsky construye una metasemiótica lógico-simbólica para analizar
cierto tipo de imágenes, mediante los que denomina "Perceptrones",
con el objetivo de diseñar los correspondientes programas de computación que le
permitan establecer la relación entre las percepciones y el reconocimiento de modelos. Marr (403.1) construye una metasemiótica gráfica,
en cuanto representación,
elaborada como un sistema formal, para describir determinadas entidades
o formas o percepciones visuales. Biederman
(455.94) construye una metasemiótica gráfica,
a partir de la identificación de geones, para
fundamentar una Teoría de la comprensión humana de las imágenes. Floch (177.7) reelabora, a nivel lógico-simbólico,
una metasemiótica destinada a proporcionar una explicación semiótica de las
imágenes materiales (ver, también, entre otros: Jannello; Sonesson;
Saint-Martin; etc.).
CXXX/ Sobre
"Grafémicas" (Ver /438.1/)
CXXXI/ Tras toda producción
gráfica hay siempre un paradigma de posibilidades que se actualizaron en ella
(la relación necesaria entre producción y paradigma pertenece a la Semiótica
General). Encontrar sus regularidades (posiblemente, con una fuerte limitación
localista) es la tarea de una eventual analítica de la imagen visual (pero, ver
parágrafo siguiente).
CXXXII/ [Abstract para el
Congreso de Siena] "La cuadratura del círculo y el análisis de las imágenes". Una de las paradojas más difundidas de
la geometría es la conocida como "cuadratura del círculo". Contiene
un problema de interrelación de imágenes del que se pretende dar cuenta
mediante su transposición a un lenguaje simbólico. Lo que evidencia es la
diversa eficacia de lo visual y de lo algebraico: lo que se expresa
mediante imágenes no se corresponde con lo que puede formularse mediante
enunciados lógicos. No existe ningún obstáculo para imaginar o, incluso,
realizar informáticamente la paulatina transformación de un cuadrado en
un círculo o viceversa, de modo tal que la cantidad de pixels constitutivos de
uno y otro se mantenga constante. Lo que resulta imposible es formular esa
transformación según las reglas de buena formación del sistema de la
matemática. No sólo considero que éste es un buen ejemplo (mutatis mutandis)
de la distancia que existe entre lo figurativo y lo simbólico, sino que lo
incluyo en la problemática de lo que se conoce como "análisis de las
imágenes", expresión igualmente paradojal. Sólo las reglas de lo icónico
(cuyo rhema no es un sistema sino un repertorio de formas posibles dinámicas o atractores) puede dar cuenta del efecto de significación de los íconos. Esto sin perjuicio de
que la palabra permita identificar el problema (como aquí) o, incluso, al menos
provisionalmente, llene los huecos (que deberán ser los menos y los mínimos
posibles) que se produzcan entre las imágenes y, en última instancia, integre a
las imágenes en determinada cultura y en determinado momento histórico, lo que
ya corresponde a la interpretación y no al análisis.
CXXXIII/317.2/269/ Quizá no sea posible construir
una única semiótica de la imagen, sino que sea necesario articular un sistema
semiótico constituido por operaciones, no contradictorias, pero sí
independientes en su principio teórico, en su aptitud operativa y, por tanto,
en el aporte de conocimiento que en cada caso proporcionen.
CXXXIV/317.2/271/ Para la identificación y reconocimiento de una imagen sería necesario que un administrador
dirigiera diferentes tipos de estímulos hacia atractores diferentes. La percepción de un dibujo, tipo historieta o como
las ilustraciones que protagonizaron ciertos vocabularios y enciclopedias de
1920/30 (/475.1/ y /476.1/) tiene que encontrar un atractor (el
maestro), en la memoria visual, que probablemente no tenga
interrelación ninguna con el atractor que permita identificar un trabajo de
Kandinsky.
CXXXV/317.2/278/ Plantean, implícitamente, el
problema del atractor: "considérese el problema de comparar un modelo de input
arbitrario con una colección de modelos en la memoria, para encontrar qué memoria es más
semejante con ese estímulo".
CXXXVI/ El trabajo sobre Semiótica de la Imagen parece tener que comenzar con un estudio acerca del concepto de representación tal que conduzca a una propuesta de definición y a su discusión. Toda imagen es representación, pero la inversa no es válida. De modo general el concepto de representación abarca: (1) una propuesta para que se ejecute determinada operación mental, (2) cada una de las imágenes mnemónicas disponibles, (3) la pertinente operación mental (para la que puede ser esclarecedor el concepto de "representación" en Marr: 403.1/20 y 296) y (4) su resultado. En el caso de las imágenes, la representación4 , como resultado es una determinada configuración de imágenes, obtenida a partir de imágenes preexistentes en la memoria, la representación2,, que se dinamizan y transforman al correlacionarlas con determinada propuesta perceptual (representación1 ), mediante una determinada operación mental que se denomina también de "representación3". Esto supone que no puede existir una representación si no se dispone de imágenes almacenadas en la memoria. Pero estas imágenes ya son representaciones2. Este segundo uso enfoca la problemática de la percepción visual (aquel resultado, aquí histórico, de "saber qué hay dónde, mirando", según Marr: 403.1), su almacenaje mnemónico y la disponibilidad de ese resultado. El primer uso enfoca la problemática de las imágenes materiales (representación1), como propuestas para una percepción visual de características especiales (quien percibe la imagen material obtiene el resultado de "saber qué . . . [aquí pueden usarse, salvo la existencia actual del presente de indicativo, todos los modos y tiempos del verbo "haber": "habría", "si hubiera", "hubo", "habrá", ...] dónde, mirando". También podría decirse que se obtiene el resultado de "saber lo que puedo ver [saber qué hay dónde, mirandó] mirando"), con lo que se toma en consideración la característica semiótica de las imágenes materiales, en cuanto representación de lo visible (visibilidad representativa que incluye su propia negación o sea, lo invisible). En cuanto al tercer uso o"representación3", se trata de aquél que designa un conjunto de operaciones de interrelación entre los resultados históricos de la percepción visual, mnemónicamente almacenados: "representación2" y las propuestas de las imágenes materiales: "representación1"; lo que conduce, finalmente, a la producción del resultado actual de una percepción: "representación4". Estas operaciones y resultados elementales permitirán, en principio, diferenciar tres conjuntos que designan, en cada caso, una nueva operación y su resultado: identificación,